El nuevo Estatuto de Autonomía de 2007 confiere a la Junta de Andalucía la competencia sobre el transporte ferroviario de cercanías. Y antes de que el traspaso de competencias se haga efectivo, algo previsto para el próximo año, el Gobierno autonómico está sondeando la viabilidad de implantar en un futuro próximo nuevas líneas para este medio de transporte colectivo. Pero no tan sólo en aquellos núcleos en los que ya se viene prestando -Sevilla cuenta con tres líneas, Málaga con dos y Cádiz con otras dos), sino también en aquellas conurbaciones en las que aún no existe.
En este sentido, la Consejería de Obras Públicas y Transportes está realizando una serie de encuestas a la población usuaria del transporte público -están teniendo lugar en los 'puntos de movilidad', esto es, estaciones, paradas y en las propias líneas de autobús- para conocer qué posibilidades de prosperar tendría cada uno de los casos. La intención de la Junta de Andalucía es hacer extensivo el servicio de ferrocarril de cercanías a cada provincia y que, en un primer paso, se cubran con servicios ferroviarios de corto radio las zonas del territorio que ya disponen de infraestructura.
Sin cortapisa
Bajo esta premisa, de ser rentable, la primera línea de cercanías en Almería podría prestar servicio entre la capital y los municipios del Bajo Andarax, así como hacerlo extensible a la comarca de Nacimiento. Pero el estudio encargado por el Ejecutivo no establece cortapisas y también está calculando qué rentabilidad -no sólo económica, sino también social- tendría la creación de líneas en zonas sin infraestructura o en las que ya se plantea una futura línea. Por ejemplo, con el Levante -hacia donde discurrirá la conexión ferroviaria de alta velocidad- o hacia el Poniente -con la previsión de la ampliación del Arco Mediterráneo-.
Bajo esta premisa, de ser rentable, la primera línea de cercanías en Almería podría prestar servicio entre la capital y los municipios del Bajo Andarax, así como hacerlo extensible a la comarca de Nacimiento. Pero el estudio encargado por el Ejecutivo no establece cortapisas y también está calculando qué rentabilidad -no sólo económica, sino también social- tendría la creación de líneas en zonas sin infraestructura o en las que ya se plantea una futura línea. Por ejemplo, con el Levante -hacia donde discurrirá la conexión ferroviaria de alta velocidad- o hacia el Poniente -con la previsión de la ampliación del Arco Mediterráneo-.
De implantarse estos servicios en la provincia, no tan sólo se podría incrementar los flujos de transporte público -Almería es una de las provincias con menor porcentaje de utilización de los medios de transporte colectivo- sino que además, se complementarían los servicios de media y larga distancia tanto de ferrocarriles como de otros medios de transporte gracias a la intermodalidad que ofrece el sistema en Almería -la estación central de la capital conecta los dos medios de transporte terrestre y además ofrecerá enlaces en breve con el aeropuerto, generando así retroalimentación de públicos entre uno y otro medio de transporte público en la provincia-.
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